Las cooperativas participan en todos los sectores de la economía mundial. Una característica clave es que las cooperativas crean riqueza para todos los miembros que se involucran en las empresas cooperativas como usuarios de los servicios, productores, propietarios de negocios independientes, consumidores y trabajadores, no solo para unos pocos que son lo bastante ricos como para invertir capital en empresas propiedad de inversores. Las cooperativas ayudan a contrarrestar el intenso incremento de las desigualdades entre ricos y pobres en el mundo; un problema que, de no atajarse, traerá consigo graves consecuencias económicas, sociales, culturales, medioambientales y políticas. En su función de guardián de las características distintivas de la empresa cooperativa, la Alianza aprobó en 1995 la Declaración sobre la Identidad Cooperativa, (“la Declaración”), que aparece en el Anexo de estos Documentos de orientación. Los principios cooperativos incluidos en la Declaración se forjaron a lo largo de 150 años de experiencia práctica de lo que constituyen los principios fundacionales necesarios para el funcionamiento próspero de una empresa cooperativa sostenible.